Hoy me desnudo. Hoy exhibo la cicatriz que me acompaña desde hace más de 19 meses y que va curando poco a poco.
Hay quien dice que la cesárea no es un parto porque no duele. Yo digo que la cesárea es un parto no vaginal, que no duele al igual que no duelen los partos vaginales con epidural. Sí duelen luego los puntos, al igual que los puntos en desgarros y episiotomias.
Y no es lo único que tiene que cicatrizar. También tienen que cicatrizar las heridas emocionales y de autoestima. Porque está sociedad considera la cesárea como la vía fácil.
Cuando una mujer tiene en mente el parto vaginal y tiene que rendirse ante la cesárea se siente derrotada, incapaz como mujer, y su autoestima se hace pequeñita.
No. La cesárea no es la vía fácil. La cesárea es una cirugía mayor que entraña muchos riesgos. Salva vidas, por supuesto, pero no es plato de gusto para la mayoría de las mujeres.
Yo me siento orgullosa de mi cicatriz y por eso la muestro. Esta experiencia es una enseñanza más de cómo afrontar las adversidades y seguir adelante a pesar de no salir todo como se desea.
Si queréis saber más sobre nuestra cesárea, la de papá, mamá y el heredero, y sobre cómo emprender la lactancia en ese contexto, os invito a leer el artículo que he escrito para el Club de Mamas:
Pingback: La lactancia mixta no es un fracaso. Trucos para mantener lactancia materna no exclusiva.