¿Conocimientos sobre lactancia antes del parto? Sí rotundo.

Durante el embarazo, me refiero al primero, no nos hacemos a la idea de lo que llega después del parto en ninguno de los sentidos. Hay muchos sueños, muchas expectativas, se compran muchos artilugios, muebles, ropa, juguetes… pero, en el caso de la lactancia materna, si el deseo es el de amamantar, no se adquiere lo más importante: información y experiencias.
Se dice que una mujer embarazada, por mucho que se junte con mujeres puérperas, no va a retener practicamente ninguna información que le puedan transmitir. 
Mi teoría es distinta. Es posible que no sean conscientes de la información pero cuando se enfrentan a posibles dificultades el subconsciente saca lo que no sabían que tenían archivado.
¿Por qué practicamente no hay dificultades en la lactancia en familias gitanas, latinoamericanas, africanas…? Sencillo, porque han visto una teta en boca de bebé antes de tener que amamantar a sus propios hijos. Esto no sucede en las sociedades occidentales, no hay tribus de mujeres acompañándose desde jóvenes. Los grupos de crianza o lactancia (tribus al fin y al cabo) se buscan cuando llega la necesidad, a veces ya tarde.

Para que las futuras generaciones no se encuentren con estos problemas, es importante normalizar la lactancia materna e invitar a niñas, adolescentes y mujeres sin hijos a grupos de lactancia y crianza. En definitiva, crear círculos de mujeres.

Sin embargo muchas mujeres no podemos volver atrás en el tiempo. ¿Qué podemos hacer entonces?
Tan sencillo como asistir a encuentros de madres, a grupos de lactancia e incluso, por qué no, contactar con una asesora de lactancia para que nos asesore antes del parto y, una vez nacido el bebé, para que revise si la lactancia va por buen camino.
Por mi parte os dejo unas pautas sencillas aunque esenciales. Eso sí, que no se cumplan todas no significa que ya vayamos a fracasar. Siempre hay solución.
Decálogo de consideraciones previas para un buen inicio
1. No hay necesidad de preparación de pezones, masajes, etc. Tampoco es necesario comprar pezoneras, cojines de lactancia, purelan… sin saber cómo va a desarrollarse. No pongamos la tirita antes de tener una herida.
2. Piel con piel nada más nacer, sea parto vaginal sea cesárea. Toda prueba puede esperar salvo que el bebé esté en riesgo. ¿O es más importante saber su peso que darle nuestro calor y amor?
3. No separación durante las dos primeras horas para permitir el agarre espontáneo y la succión. Es más, invito a que investiguéis sobre el concepto de la impronta.

4. A demanda. Sí, como la alta costura, bajo demanda. Nada de diez minutos en cada pecho cada tres horas: durante milenios no se ha mirado el reloj para amamantar y la especie sigue aquí.
5. No suplementar las primeras 48 horas. Y diría que mucho más tiempo pero depende de cada caso. Y no, no hay riesgo de desnutrición si se agarra correctamente: viene de estar meses continuamente nutrido; el calostro es el equivalente de las barritas energéticas de los deportistas; y es normal que tengan sueño tras una corta succión, es un trabajo agotador.
6. Paciencia y tranquilidad. Van a ser muchas horas, días, semanas y meses de lactancia exclusiva, no nos pongamos nerviosas. Está muy bien que todo el mundo quiera conocer al bebé pero lo que importa es la díada madre-hijo y tener tranquilidad alrededor, no solo en el hospital si no durante el primer mes. Ya tendrán tiempo de conocer al pequeño, por el momento tampoco es que les vaya a dar conversación…
7. Bebé a pezón y no pezón a bebé. Es decir, no hay que enchufar el pezón en la boca del bebé. Mas bien hay que acercar al bebé a la teta para facilitar que busque el enganche. Ni que decir que hay que conocer las posiciones que más facilitan la correcta succión.
8. Si aparecen grietas, dolor, pinchazos… NO ES NORMAL. Que no digan que amamantar duele porque no es así. Si duele hay algún problema, ya sea mala postura, mal agarre, frenillo… 
9. No todo el mundo sabe de lactancia. Si hay problemas lo mejor es contactar con una asesora de lactancia y hacer oídos sordos a los consejos de madres, suegras, cuñadas, amigas, la mujer que lleva la comida, la que cambia las sábanas… Incluso hay que saber si la enfermera, la matrona o la auxiliar saben realmente de lactancia porque en muchos casos no es así. No sería la primera vez que alguien sin conocimientos estruja el pecho de la madre para mostrar como se tiene que proceder…
10. No hay que restar importancia al papel de la pareja (si la hay) en la lactancia. No poder dar el pecho no significa no tener un papel activo: aportar un entorno cómodo a la madre, controlar que no le falte agua, amortiguar las visitas, preparar las comidas, recoger un poco la casa, hacer la compra… Y sobre todo comprender lo duro que es pasar horas, días y semanas con un bebé enganchado día y noche y acompañar. Sin embargo no es necesario que de biberones solo por sentirse «más padre», van a ser muchos años de crianza con mucho que hacer.

Esto es sencillo de decir y más de leer, aunque la puesta en práctica a veces resulta más complicada.
Y por supuesto, el no poder cumplir alguno o varios de estos preceptos no implica un fracaso en la lactancia materna.

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