Qué pesadez la diarrea.
Cuando se da, sobre todo en la infancia, lo primero es conocer el origen para poder tratarlo. Las causas de la diarrea pueden ser tan dispares como intoxicación alimentaria por bacterias, presencia de parásitos, por virus (gastroenteritis vírica), inflamación intestinal u otras enfermedades digestivas, intolerancias, mala absorción de alimentos, y un largo etcétera.
Además de tratar el origen, en nuestras manos está el paliar los efectos de dicha diarrea. ¿Cómo?
- Hidratación y no forzar a comer sólido.
Es necesario beber agua a lo largo del día, en pequeños sorbos. En cuanto a la alimentación, aunque tenemos miedo a que no se alimenten lo suficiente, lo que no debemos hacer es forzar a comer solidos. Podemos ofrecer alimentos blandos, cremas y sopas. Solo ofrecer, sin obligar.
Otro tema es que la diarrea ya dure muchos días y exista riesgo de deshidratación. En ese caso habría que aportar suero infantil. - Caldo de arroz y zanahoria.
El agua de arroz calma el dolor y los calambres propios de la diarrea. Además, la mucosa intestinal absorbe el almidón, realizando una función protectora al tiempo que reduce las evacuaciones.
En cuanto a las zanahorias, todo el mundo las considera las aliadas para combatir el estreñimiento. Sin embargo su verdadera función es la de la regulación intestinal, tanto hacia un lado como hacia el otro. Así pues sirven tanto para tratar el estreñimiento como para tratar la diarrea.
Si hay muestras de apetito, se puede ofrecer la sopa completa: el caldo con el arroz y la zanahoria, e incluso se puede añadir pollo. - Zinc en oligoelemento.
Se aporta media ampolla al día en ayunas, a menores de 10 años. A mayores de 10 años ya se puede administrar una ampolla entera al día en ayunas. - Durante la lactancia materna, no dejar de amamantar.
La lactancia materna es una gran vía de hidratación, así como de aporte de nutrientes. Por tanto es la mejor vía para una rápida recuperación. Además la lactancia materna aporta al bebé o al infante calor, tranquilidad y seguridad. - A partir de los doce meses, infusión de jengibre fresco.
Muchas son las propiedades que hacen de esta raíz la planta perfecta para combatir la diarrea: reduce el dolor; es antiinflamatorio; favorece la liberación de los jugos gástricos necesarios para una correcta digestión; retarda el movimiento peristáltico de los intestinos; desintoxica el sistema digestivo; y reduce los espasmos. - Aceite esencial de mandarina o de lavanda.
Sobre el aceite esencial de mandarina os hablé en este post hace poco, y sobre el de lavanda os grabé este vídeo.
Ambos aceites son calmantes a todos los niveles y reducen la velocidad del organismo, en este caso tanto del sistema nervioso como del sistema intestinal.
Es recomendable usarlos en vaporización, o en masaje abdominal mezclando con un aceite vehicular, como de almendras dulces o de caléndula. - Cataplasma abdominal de arcilla.
Cualquier arcilla de uso cutáneo es recomendable contra la diarrea, aunque el problema, a veces, es conseguir que el paciente permanezca quieto y con ella colocada, sobre todo a edades tempranas.
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