Natural no es sinónimo de adecuado

Tal como he explicado en varias ocasiones en mi página Naturopatía Cotidiana, que un producto sea natural no significa que sea el adecuado, ya sea por características físicas, edad o patologías. Es más, hay que ser prudentes y revisar si no pueden darse efectos secundarios por la ingesta de ciertos ingredientes.

Ni qué decir cuando se trata de niños.

No hace mucho, recorriendo una ecotienda (con lo que me gustan…), paré frente a los productos infantiles destinados a resfriados, sistema inmune, etc. La mayoría de estos productos tienen la miel como ingrediente principal. Quienes tenemos niños sabemos que no se debe dar miel a bebés menores de un año por el riesgo de botulismo.

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¿Qué es el botulismo? Es una enfermedad grave que puede llegar a ser mortal (en lactantes, un 5% de mortalidad), causada por la toxina botulínica, que afecta al sistema digestivo, respiratorio y muscular.

Volviendo a mi hallazgo, la mayoría de los productos indicados para niños que contienen miel, incluyen instrucciones para ser administrados a menores de un año. Y no hablo de productos como cereales con miel a partir de los seis meses, algo que me parece escandaloso. No, hablo de productos para reforzar el sistema inmune, para combatir resfriados, etc.

Con esto no quiero decir que no se usen productos naturales con bebés. Al contrario, son maravillosos bien utilizados. Tal como indico en el Taller de Botiquín Natural para la primera infancia, hay que saber qué se puede utilizar y qué no, y de qué manera.

Y en caso de duda, lo mejor es consultar a profesionales conocedores de productos naturales y de las patologías infantiles.

 

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