Durante los dos primeros años de vida uno de los mayores trances físicos que pasan los niños es la aparición de los veinte dientes de leche. Solo podemos hacernos una idea del dolor de la rotura de las encías si hemos sufrido la salida de las muelas del juicio. Y aún así los adultos tenemos medios materiales y mentales para ir soportando el dolor.
Entonces ¿qué podemos hacer por ellos? A continuación os dejo unos cuantos remedios que suelen ser bastante efectivos aunque cada cual tiene que encontrar el más efectivo en su caso puesto que hay a quien, por ejemplo, la homeopatía no le resuelve y, sin embargo, con el aloe vera y flores de Bach solventa el problema.
Aloe Vera
El aloe vera tiene efecto calmante y antiinflamatorio. Si lo añadimos en frío el efecto es más rápido en el caso de las encías. ¿Cómo lo aplicamos?
Lo primero es conseguir hojas grandes de la planta. Abrimos las hojas y extraemos el gel, separando bien del acívar (la parte amarillenta de los bordes, amarga y con fuerte efecto laxante). El gel se va a cortar en tiras del tamaño del dedo pulgar. Cada tira se envuelve en papel transparente de cocina y los metemos todos en el congelador.
Cuando el bebé tenga dolor de encías sacamos uno de los paquetes, lo desenvolvemos y se lo aplicamos por las encías. Los pequeños lo agradecen y muchas veces acaban tragando el aloe vera. No hay por qué preocuparse si ya está con alimentación complementaria, es comestible.
Aceites esenciales
Árbol del té, lavanda y manzanilla. Lo más práctico es mezclar en un recipiente pequeño aceite de almendras dulces con uno de estos aceites esenciales, en proporción de 1 gota de esencial por cada 10 ml de almendras dulces, se mezcla bien y se conserva en el frigorífico.
Dos o tres veces al día se masajean las encías con unas gotas de esta mezcla.
Tanto el aceite de lavanda como el de manzanilla se pueden usar también para relajar por la noche. Basta con poner una de las gotas en el colchon a la altura de la cabeza del niño o bien vía aromatizador en la habitación.
Alimentos duros y mordedores
El mayor dolor de encías se produce por la inflamación de las mismas al intentar el diente romperlas. Para facilitar su rotura se les ofrecen mordedores aunque alternativa, para los que ya toman sólidos, es todo alimento duro como cuscurros de pan, zanahoria, manzana…
Muy eficaz suele ser un palo de malvavisco: mientras muerden, lo cual relaja el dolor y ayuda a romper la encía, actúan sus propiedades calmante, antiinflamatoria y emoliente (suaviza, protege e hidrata las mucosas). Además combate la irritación de las mucosas.
Si los mordedores u otros objetos están fríos producen un efecto calmante, basta con dejarlos en el frigorífico.
Se deben evitar los productos con PVC, BPA o plomo, ya existen pruebas de su toxicidad.
Remedio Rescate (Rescue remedy de flores de Bach)
Aunque se pueden recomendar distintas flores dependiendo de cómo esté afectando la salida de los dientes al niño, es bueno tener en el botiquín este remedio de Bach.
Lo habitual es encontrarlo en forma líquida. Se pueden diluir unas gotas en agua y masajear las encías y las muñecas.
También se encuentra en crema aplicable en las muñecas y en la cara a la altura de las mejillas.
Homeopatía
La estrella en homeopatía es la Chamomilla Vulgaris. Se suministra en una dilución a la 7CH, 3 gránulos 3 veces al día. Aunque se acostumbran a disolver bajo la lengua, en el caso de bebés se puede deshacer en un poco de agua (nunca con cucharas metálicas).
También se encuentran productos específicos de diversos laborarios y que contienen varios remedios homeopáticos. Ejemplos de ello son Chamodent (DHU), Camilia (Boiron) o Viburcol (Heel).
Espero que en esta pequeña guía de remedios naturales encontréis los que hagan más llevadera la salida de los primeros dientes de los pequeños de la casa.