El estreñimiento debe mantenerse a raya siempre, desde el nacimiento. Aunque hoy en día se considera algo normal, no lo es. En realidad es una patología frecuente, pero no algo que se deba normalizar e integrar en nuestras vidas.
Muchas son las vías para prevenir o tratar el estreñimiento, aunque la base está en la alimentación. Muchos alimentos ayudan al correcto funcionamiento intestinal, y otros tantos favorecen su ralentización, su lentitud.
Por ahí tenemos que empezar, evitando esos productos en la medida de lo posible, a fin de no ensuciar el intestino desde la primera infancia.
¿Cuáles son los alimentos que deben evitarse, sobre todo si ya se sufre estreñimiento o lentitud intestinal?
- Cereales refinados: durante el refinado se extrae la carcasa, donde se haya la fibra, por lo que se convierten en hidratos simples más difíciles de procesar.
- Bollería industrial y azúcares no naturales (añadidos): no aportan fibra y son calorías vacías (aportan mucha energía en forma de azúcares simples, pero no aportan nutrientes necesarios para el desarrollo y funcionamiento del organismo).
- Lácteos (leche, nata, queso… excepto yogures): la lactosa aumenta los gases y la hinchazón abdominal.
- Sal refinada: su ingesta en exceso lleva a un déficit de magnesio y potasio, provocando espasmos intestinales y estreñimiento crónico.
- Carne roja: el alto contenido en grasa implica un procesado más lento en el intestino.
Y como extra, es importante no tomar la fruta como postre, porque se trata de hidratos simples que, al juntarse con hidratos complejos y proteínas de los demás alimentos, provoca ralentización en la digestión y, por tanto, el sobreesfuerzo del intestino.
Al mezclarse distintos nutrientes que se digieren a ritmos diferentes, también se desencadenan procesos de fermentación en el intestino, llevando a un aumento de temperatura y patógenos en la microbiota.
Claro queda, entonces, que debemos cuidar la alimentación desde que se introduce a partir de los seis/siete meses de edad, no solo por los motivos que nos indican desde grandes campañas contra obesidad o diabetes infantil, sino también para ir a favor del correcto desarrollo del sistema digestivo, y sufrir menos patologías en edad adulta.
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